Desde hace unos años, Turquía se ha convertido en una potencia internacional en materia de turismo, de hecho, con casi 30 millones de turistas, es el sexto país del mundo por numero de visitantes y el cuarto de Europa, con la Cappadocia y las playas del Egeo y del Mediterráneo como principales atractivos a nivel internacional.
Este continuado movimiento se gestiona mayoritariamente por el complejo aeroportuario de Estambul, que a día de hoy incluye dos aeropuertos: el aeropuerto de Atatürk, situado en el lado europeo, el mas grande y antiguo, y el de Sabiha Gökçen, en el lado asiático, más volcado a vuelos nacionales o aerolíneas de bajo coste.
Pero, al parecer, ambos aeropuertos no dan a basto para satisfacer la demanda actual de vuelos, especialmente en verano, así que el Gobierno de Turquía ya ha firmado un acuerdo con cinco empresas constructoras turcas para construir el que será el aeropuerto más grande del mundo. La nueva infraestructura se construirá en la zona europea de Estambul, ciudad candidata para albergar los Juegos Olímpicos en 2020, a orillas del Mar Negro, entre los pueblos de Yeniköy y Akpinar y tendrá una extensión de 90 millones de metros cuadrados.
El aeropuerto, que se une a un plan nacional más amplio que incluye la construcción de un tercer puente sobre el Bósforo y una vía de alta capacidad para mejorar la comunicación entre ambas orillas de la ciudad, demuestra «la gran capacidad para ofrecer grandes proyectos e infraestructuras de cara a organizar los Juegos Olímpicos del año 2020», según afirman los responsables de la candidatura, además de «una clara muestra del crecimiento del sector privado en Turquía y el apoyo de la opinión pública para ser los organizadores del evento olímpico».El presidente de la candidatura de Estambul 2020, Hasan Arat, dijo que se trata de «un verdadero hito en la historia de Estambul: el tercer aeropuerto ayudará a mantener el excelente nivel de servicio a todos los visitantes de nuestra ciudad. Estambul ha cambiado, nuestro objetivo es hacer una ciudad más habitable con mejores conexiones para las generaciones venideras», indicó. Este anuncio se ha producido días después de conocer que el número de turistas extranjeros en Estambul en los cuatro primeros meses de 2013 ha alcanzado los 2,92 millones, un aumento del 21% respecto al mismo periodo del año pasado.
Por su parte, el Ministro de Transporte, Asuntos Marítimos y Comunicaciones de Turquía, Binlai Yildirim, dijo que «este aeropuerto, con seis pistas de aterrizaje y capacidad para se 500 aviones, ocupará de las necesidades de Turquía probablemente durante los próximos 50 años». La infraestructura prevé alcanzar un tráfico anual de 150 millones de pasajeros cuando esté concluido y, según el presupuesto actual, el coste de su construcción se estima en unos 10.000 millones de euros. El consorcio de las constructoras turcas que ganó la licitación para construir el que será el tercer aeropuerto de la ciudad, también asumirá la gestión del aeropuerto durante 25 años a partir de 2017, para lo cual pagarán al Estado turco más de 22.000 millones de euros.
Durante la ceremonia de la firma en Ankara, el ministro turco de Transporte, Binali Yildirim, ha asegurado que el nuevo aeropuerto dará empleo a unas 100.000 personas. Las obras comenzarán el año que viene –año de elecciones locales y presidenciales en el país- y su primera fase durará 42 meses.
Así, en 2017, está previsto que entren en funcionamiento la terminal principal y tres de las seis pistas proyectadas, con lo que su capacidad será de 90 millones de pasajeros. La infraestructura completa estaría terminada en 2025. Como medida de comparación, el mayor aeropuerto de España –Madrid Barajas- registró 45,2 millones de pasajeros el año pasado y, todos los aeródromos españoles juntos alcanzaron los 194 millones de viajeros en ese mismo ejercicio.
Por otra parte, varios grupos de protección del medio ambiente han criticado el proyecto, ya que calculan que destruirá unas 6.200 hectáreas de terreno forestal para realizar este proyecto. Además, según informa el diario turco en inglés Hurriyet Daily News, la asociación que agrupa los colegios de ingenieros y arquitectos turcos ha llevado el proyecto a los tribunales al considerar que viola la actual legislación sobre los informes previos de evaluación de impacto medioambiental.