El objetivo de una compañía aérea es sacarle el mayor rendimiento posible al avión. De ahí la necesidad de tenerlo en vuelo el mayor tiempo posible. Por esta razón, el tiempo de escala en un aeropuerto –lo que se tarda en que el avión esté a punto para volver a salir–, debe reducirse al mínimo.
Por otro lado, el turno de salida o slot es un margen de tiempo asignado por el control de afluencia que tiene como objetivo evitar que se amontonen los aviones para salir y que ciertas partes del espacio aéreo se congestionen. Esta ventana de tiempo se conoce como –5+10, que significa que el piloto tiene que salir desde cinco minutos antes de la hora asignada hasta diez minutos después. Pasado este tiempo, se debe solicitar un nuevo slot.
Así, si se produce un retraso este puede extenderse sobre la red de la compañía aérea y generar demoras encadenadas, pérdida e las conexiones con otros vuelos y repercutir en la insatisfacción del pasajero. Por tanto, existe una gran presión por salir puntual.
Sin embargo, la prisa por cumplir la programación no debe influir al realizar con la rigurosidad adecuada el repostaje de combustible, la revisión del exterior del avión previa al vuelo y las tareas de mantenimiento en línea que sean necesarias, entre otros.
Handling
El handling es la asistencia en tierra a los aviones, los pasajeros y sus equipajes y la carga.
Entre sus actividades, comprende el transporte y repostaje de combustible, que es uno de los más críticos. Se extreman las medidas de seguridad para evitar cualquier incidente que pueda afectar al avión.
Por otro lado, mientras se llevan a cabo las tareas de puesta a punto para la salida, se realiza la limpieza del interior del avión, la carga del equipaje, de agua y del cáterin. Mientras tanto, los pilotos se ocupan del plan de vuelo suministrado por la compañía aérea, que incluye la ruta del vuelo y la previsión meteorológica.
Chequeo del avión antes de salir
El objetivo de este chequeo es que el piloto determine si el avión se encuentra en un estado adecuado para realizar un vuelo seguro.
En la inspección se sigue paso a paso cada una de las operaciones detalladas en una lista que forma parte del Manual de Operación del avión. El encargado de realizar esta inspección exterior, que debe repetirse en cada escala, es uno de los pilotos del avión.
La inspección consiste en un chequeo visual alrededor del avión verificando una serie de puntos. Se revisa el estado de los motores, de los mandos de vuelo, del tren de aterrizaje y se verifica que las tapas de los registros han quedado cerradas después del repostaje, de la carga de agua o de la extracción de aguas residuales.
Al mismo tiempo, se prepara la cabina desbloqueando los controles y dispositivos de mando y comprobando que los indicadores, marcadores y fusibles funcionan correctamente.
Mientras tanto, la tripulación de cabina comprueba el estado de los elementos de seguridad, como las máscaras anti-humo, los extintores, los chalecos salvavidas, así como el resto de los elementos de emergencia del avión. Todo ello también con listas de chequeo.
Si las condiciones del avión son satisfactorias, el comandante informará al jefe de cabina que el avión está “listo para embarcar”. Si la cabina está también preparada, los pasajeros empezarán a acceder al avión.
Por último, el coordinador de vuelo comprueba desde el exterior de que puertas y bodegas están perfectamente cerradas y de que no hay obstáculos para que el avión pueda iniciar el rodaje y dirigirse a la pista.